domingo, 20 de noviembre de 2016

Parte Teórica

Existen diferentes fases en las reacciones mentales de los internados en un campo de concentración: la primera fase es la que va después del internamiento, la segunda es la vida en el campo propia y la última, la fase siguiente a su liberación. En base al libro del hombre en busca de sentido por Viktor Frankl de 1991, citaré diferentes significados y teorías de Viktor Frankl en su libro; contiene todo lo psicológico en un campo de concentración y por frases que son importantes y llamaron mi atención, a continuación, en el área literaria, se encontrará mi percepción sobre el libro, además de mi opinión personal. 

Primera fase: Internamiento en el campo
  • “El síntoma caracteriza la primera fase es el shock. Bajo ciertas condiciones el shock puede incluso preceder a la admisión formal del prisionero en el campo.” Página 18
  • “Hay en psiquiatría un estado de ánimo que se conoce como la “ilusión del indulto”, según el cual el condenado a muerte, en el instante antes de su ejecución, concibe la ilusión de que le indultaran en el último segundo.” Página 19
  • “Desde un punto de vista psicológico, teníamos un largo, muy largo, camino por delante desde que pusimos el pie en la estación hasta nuestra primera noche en el campo.” Página 22
  • “Afirmación de Dostoyevski que asegura terminantemente que le hombre es un ser que puede ser utilizado para cualquier cosa, contestaríamos: “Cierto, para cualquier cosa, pero no nos preguntéis cómo””. Página 27
  • “Para el término medio de los prisioneros, las expectativas de vida, consideradas objetivamente y aplicando el cálculo de probabilidades, eran muy escasas.” Página 27
  • musulmán: Tiene un aspecto miserable, por dentro y por fuera, enfermo y demacrado y es incapaz de realizar trabajos duros por más tiempo.” Página 28
  • “Hay cosas que deben haceros perder la razón, o entonces es que no tenéis ninguna razón que perder.” Página 29

Segunda fase: La vida en el campo
  • “El prisionero pasaba de la primera a la segunda fase, una fase de apatía relativa en la que llegaba a una especie de muerte emocional.” Página 30
  • La segunda fase de sus reacciones psicológicas: Al llegar a ese punto, sus sentimientos se habían embotado y contemplaba impasible tales escenas.” Página 31
  • “La apatía, el adormecimiento de las emociones y el sentimiento de que a uno no le importaría ya nunca nada eran los síntomas que se manifestaban en la segunda etapa de las reacciones psicológicas del prisionero: Caparazón protector” Página 32
  • “El aspecto más doloroso de los golpes es el insulto que incluyen.” Página 33
  • “Ya había dejado de importarme todo. Pero tenía que tomar en serio esta amenaza de muerte.” Página 34
  • “Hay momentos en que la indignación puede surgir incluso en un prisionero aparentemente endurecido, indignación no causada por la crueldad o el dolor, sino por el insulto al que va unido.” Página 36
  • La apatía: La segunda fase, era un mecanismo necesario de autodefensa.” Página 37
  • ““Regresión” del internado en el campo: una retirada a una forma primitiva de vida mental. Sus apetencias y deseos se hacían obvios en sus sueños.” Página 37
  • “Aunque de momento puedan aparecer un alivio psicológico, se trata de una ilusión, que psicológicamente, y sin ninguna duda, no está exenta de peligro.” Página 38
  • “El organismo digería sus propias proteínas y los músculos desaparecían.” Página 39
  • “Había dos escuelas de pensamiento: una era partidaria de comerse la ración de pan inmediatamente. Esto tenía la doble ventaja de satisfacer los peores retortijones del hambre, los más dolorosos, durante un breve periodo de tiempo. El segundo grupo sostenía que era mejor dividir la porción y utilizaba diversos argumentos.” Página 40
  • Shock inicial: La perversión sexual era mínima. “Los instintos inhibidos” deberían manifestarse de forma muy especial en los sueños.” Página 41
  • “Esta ausencia de sentimientos en los prisioneros “con experiencia” es uno de los fenómenos que mejor expresan esa desvalorización de todo lo que no redunde en interés de la conservación de la propia vida.” Página 42
  • “El amor es la meta última y más alta a que puede aspirar el hombre. La salvación del hombre está en el amor y a través del amor. Comprendí cómo el hombre, desposeído de todo en este mundo, todavía puede conocer la felicidad (aunque sea sólo momentáneamente).” Página 46
  • “El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo.”  Página 47
  • “Esta intensificación de la vida interior ayudaba al prisionero a refugiarse contra el vacío, la desolación y la pobreza espiritual de su existencia, devolviéndole a su existencia anterior.” Página 47
  • “Cualquier cosa que les hiciera olvidar. Finalidad de la de ayudarnos a olvidar y lo conseguía.” Página 49
  • “Los intentos para desarrollar el sentido del humor y ver las cosas bajo una luz humorística son una especie de truco que aprendimos mientras dominábamos el arte de vivir, pues aún en un campo de concentración es posible practicar el arte de vivir, aunque el sufrimiento sea omnipresente.” Página 52
  • “Los escasos placeres de la vida del campo nos producían una especie de felicidad negativa –“la liberación del sufrimiento”-”. Página 55
  • “Nadie puede juzgar, nadie, a menos que con toda honestidad pueda contestar que en una situación similar no hubiera hecho lo mismo.” Página 55
  • “Sabía que en un grupo de trabajo moriría en poco tiempo y si tenía que morir, siquiera podía darle algún sentido a mi muerte.” Página 56
  • “Los hombres sólo contaban por su número de prisionero. Uno se convertía literalmente en un número: que estuviera muerto o vivo no importaba, ya que la vida de un “número” era totalmente irrelevante. Y menos aún importaba lo que había tras aquel número y aquella vida: su destino, su historia o el nombre del prisionero.” Página 60
  • “A veces era precioso tomar decisiones precipitadas que, sin embargo, podían significar la vida o la muerte.” Página 63
  • “Pudimos comprobar cuan inciertas podían ser las decisiones humanas, especialmente en lo que se refiere a las cosas de la vida y la muerte.” Página 67
  • “Además de estas causas físicas, estaban también las mentales, en forma de ciertos complejos. La mayoría de los prisioneros sufrían de algún tipo de complejo de inferioridad. Todos nosotros habíamos creído alguna vez que éramos “alguien” o al menos lo habíamos imaginado. Pero ahora nos trataban como si no fuéramos nadie, como si no existiéramos.”. Página 68
  • “La propia irritabilidad personal adquiría proporciones inauditas cuando chocaba con la apatía de otro, especialmente en los casos de peligro que tenían su origen en ella.”
  • “Se podría sacar la impresión de que el ser humano es alguien completa e inevitablemente influido por su entorno. Pero, ¿y qué decir de la libertad humana? ¿No hay una libertad espiritual con respecto a la conducta y a la reacción ante un entorno dado?”. Página 70
  • “El modo en que un hombre acepta su destino y todo el sufrimiento que éste conlleva, la forma en que carga con su cruz, le da muchas oportunidades -incluso bajo las circunstancias más difíciles- para añadir a su vida un sentido más profundo” Página 73
  • “Por doquier, el hombre se enfrenta a su destino y tiene siempre oportunidad de conseguir algo por vía del sufrimiento.” Página 73
  • “La observación psicológica de los prisioneros ha demostrado que únicamente los hombres que permitían que se debilitara su interno sostén moral y espiritual caían víctimas de las influencias degenerantes del campo.” Página 75
  • “Un renombrado investigador psicológico manifestó en cierta ocasión que la vida en un campo de concentración podría denominarse “existencia provisional”, Nosotros complementaríamos la definición diciendo que es “una existencia provisional cuya duración se desconoce”. Página 75
  • “los prisioneros sufrían de esta extraña “experiencia del tiempo”. En el campo, una unidad de tiempo pequeña, un día, por ejemplo, repleto de continuas torturas y de fatiga, parecía no tener fin, mientras que una unidad de tiempo mayor, quizás una semana, parecía transcurrir con mucha rapidez”. Página 76
  • “En vez de aceptar las dificultades del campo como una manera de probar su fuerza interior, no toman su vida en serio y la desdeñan como algo inconsecuente. Prefieren cerrar los ojos y vivir en el pasado. Para estas personas la vida no tiene ningún sentido”. Página 77
  • “Cualquier tentativa de combatir la influencia psicopatológica que el campo ejercía sobre el prisionero mediante la psicoterapia o los métodos psicohigénicos debía alcanzar el objetivo de conferirle una fortaleza interior, señalándole una meta futura hacia la que poder volverse”. Página 78
  • “El hombre tiene una peculiaridad de que no puede vivir si no mira al futuro: sub specie aeternitatis”. Página 78
  • “El prisionero que perdía la fe en el futuro estaba condenado. Con la pérdida de la fe perdía, asimismo, su sostén espiritual; se abandonaba y decaía y se convertía en el sujeto del aniquilamiento físico y mental”. Página 79
  • “tenemos que dejar de hacernos preguntas sobre el significado de la vida, y en vez de ello, pensar en nosotros como en seres a quienes la vida les inquiriera continua e incesantemente”. Página 81
  • “Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la vida asigna continuamente a cada individuo”. Página 82
  • “Los esbozos de psicoterapia individual solían ser del tipo del “procedimiento para salvar la vida”. Dichas acciones de emprendían por regla general con visitas a evitar los suicidios”. Página 83
  • “Había entre los guardias algunos sádicos, sádicos en el sentido clínico más estricto. En segundo lugar, se elegpia especialmente a los sádicos siempre que se necesitaba un destacamento de guardias muy severos.” Página 88
Tercera Fase después de la liberación
  • “Al estado de ansiedad surgió una relajación total”. Página 92
  • “lo que les sucedía a los prisioneros podría llamarse “despersonalización”. Todo parecía irreal, improbable, como un sueño. No podíamos creer que fuera verdad”. Página 93
  • “Aquel día en aquel momento, mi vida empezó otra vez. Fui avanzando, paso a paso, hasta volverme de nuevo un ser humano”. Página 94
  • “Un hombre que ha vivido bajo una presión mental tremenda y durante tanto tiempo, corre también peligro después de la liberación. Sobre todo, habiendo causado la tensión tan de repente. Dicho peligro es la contrapartida psicológica de la aeroembolia”. Página 94 



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