EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO
Cuando nos quitan todo lo que tenemos,
lo que queda al final es nuestra existencia al desnudo, claro que no de manera
literal como en el libro, pero en algún momento se siente así. Este libro habla
de la realidad que vivieron muchas personas que llegaron a dudar del sentido de
la vida, que ya no sabían que esperar y a las que la fe llegaba a ser muy
escasa. Viktor Frankl describe su propia vivencia en un campo de concentración
en la II Guerra Mundial. Todo lo que nos dice aquí nos ayuda a pensar cómo es
nuestra vida, a profundizar en cómo si lo que está a nuestro alrededor nos
puede afectar psicológicamente, en qué manera les afectó a todas las personas
que sufrieron en los campos de concentración. Muchas cosas nos las tomamos a la
ligera y hemos materializado mucho la vida, pero ¿Qué pasaría si lo perdiéramos
todo?
Frankl cuenta cómo psicológicamente
cada uno de sus compañeros iba siendo afectado psicológicamente desde el primer
día que llegaron a Auschwitz, incluyéndolo a él. Con el paso de la lectura y su
descripción se va entendiendo cómo las personas el maltrato físico va
afectándoles lo psicológico con cada insulto, con cada golpe; y al final el
cuerpo puede sanar más rápido, pero la mente guarda muchas cosas que a la larga
afectan más. En la parte teórica puse varios términos que describen cómo todos
van siendo afectados poco a poco y es increíble como un hombre puede llegar a
tratar a otro de esta manera tan cruel. Llega un momento que se describe cómo
el maltrato físico y psicológico afecta tanto a los presos; un día los guardias
de seguridad les dicen a todos que ellos trabajan menos tiempo al día que un
obrero de profesión y aun así no lo hacen tan bien, pero la verdad es que los
obreros de profesión no comen tan mal como ellos y al terminar un día laboral
llegan a su casa a descansar, mientras ellos son tratados mal, obligados a
dormir unos encima de los otros y no tienen nada más que piojos en la cabeza.
Esto me dejo pensando mucho; lo comparé con la vida cotidiana, claro que no con
igual grado de magnitud, pero me di cuenta que a todos nos puede pasar algo
parecido. Por ejemplo en el colegio, nuestros maestros y/o padres nos exigen
que hagamos todo de manera perfecta: ser buenos en matemáticas, en lenguaje, en
artes, en deportes, tener una actividad extra, ser buenos alumnos/hijos, hacer
todas nuestras tareas, ayudar en la casa y dormir 8 horas; piden todo esto ya
que han visto que otras personas lo han hecho, sin pensar que todos somos diferentes
y que si tenemos algún problema en casa o en el colegio, esto nos afecta
psicológicamente y al final no es tan fácil cumplir ni la mitad de las tareas.
No se puede comparar a un trabajador de un campo de concentración con un obrero
de tiempo completo, simplemente no se deben de comparar a las personas en
ningún sentido.
Todo el proceso que vivió Viktor Frankl
es increíble, se dio cuenta de muchas cosas y varias personas que tenían cargos
más altos que él se encariñaban con él, pero a pesar de las oportunidades que
tuvo de escaparse o de salir de una lista, sabía que debía dejar actuar al
destino y no podía abandonar a sus amigos, con los que había pasado tanto
tiempo. Al final, cuando los liberaron a todos quedan en una especie de shock,
no están seguros si es verdad lo que está pasando, no saben qué hacer, porque
después de soñar tanto en ese día y perder las esperanzas de que pasaría, no
saben qué hacer ya que saldrían, pero sin la menor idea si encontrarán a sus
esposas, a sus familias. Yo me pongo a pensar que todos muchas veces hemos
pasado por este estado de shock, yo en lo personal lo tuve de una manera más
grande dos veces, el día que le diagnosticaron cáncer a mi papá y el día en que
terminó su tratamiento y dijeron que ya estaba curado. Es difícil llegar a
hacerse la idea de algo impactante, de algo que no sabíamos ni pensábamos que
iba a llegar a pasar algún día. Me dejó reflexionando también cómo muchos de
los sobrevivientes al final entran en un pensamiento de que por haber tenido
que aguantar todo lo que pasaron, ahora ellos tienen derecho a hacer lo que
quieran. Muchas personas (hasta yo en algún momento de mi vida) tienen este
pensamiento, esa creencia de que por haber sufrido ahora los demás merecen un
sufrimiento por otra cosa o que simplemente deben de aguantarse ya que tienen
derecho sobre ellos. Es un mal pensamiento/excusa que tienen las personas y no
debería ser así, todos sufrimos algo, pero eso no significa que tengamos
derecho sobre los demás.
La verdad me gustó mucho el libro,
tiene muchas cosas más para pensar y la psicología de Viktor Frankl es muy
buena, es la segunda vez que lo leo y puedo decir que es uno de mis libros
favoritos.